Nota escrita por Mariana Carmona.
Estamos en presencia de la «revolución» del tenis llamada Carlos Alcaraz.
Carlitos, como le llaman muchos, deja al mundo del tenis atónito con su juego dinámico, potente y divertido. Nos regala partidos increíbles y nos ha enamorado desde un principio por su naturalidad y facilidad a la hora de competir.
Con una pizca de ambición, ha sabido obedecer a su equipo intentando mantener un perfil bajo. Desde afuera, parece fácil, pero no lo es. Tantos tenistas manifestando públicamente arrogancia, rebeldía y quejas, que al ver a tenistas como él comprendemos de dónde viene y a qué va. Disciplina, es el principio por excelencia que inculca siempre el tenis español. Con gran sencillez, Carlos Alcaraz aprendió a seguir los consejos de los mayores y no conformarse con «pegarle fuerte a la pelota». Quizás la consigna sea trabajar y trabajar con la madurez suficiente y un mismo objetivo, que es el de todo tenista.
«Las finales no se juegan, se ganan», sentenció una vez el niño maravilla en una conferencia de prensa. Palabras que lo dotan de cualidades propias de un gran jugador: el orgullo, la autoconfianza y el sentido de esfuerzo. Tenemos la plena certeza de que este joven no le teme a nada ni a nadie. Sin embargo, desde la humildad y la introspección, entiende que hay que seguir mejorando. Continuamente. Y ese es el mensaje de un verdadero «crack».
Crack es alguien que tiene los recursos necesarios para jugar con astucia e inteligencia sin perder la paciencia. Alguien que se gana el respeto y la admiración de la gente. Pero, sobre todo, es ese jugador sabe admitir sus errores, aceptar las malas rachas, y utilizar ese efímero tiempo de adversidades como trampolín para un crecimiento personal y profesional.
A pesar de haber permanecido un tiempo alejado de las pistas, a Carlitos Alcaraz el 2023 le sienta muy bien; apuntando a mostrar una imagen de solidez y estando a la altura de las circunstancias en todo momento. Sin dudas, tenemos pruebas de ello. La reciente victoria en la instancia de semifinal del ATP de Río de Janeiro ante Nicolás Jarry (86°)por 6-7(2)/7-5/6-0, le permitirá al español obtener la posibilidad de igualar a Novak Djokovic (1°) en el escalafón más alto del ranking mundial por primera vez en la historia si resultara campeón del mismo.
De esta manera, deberá vencer en la final al británico Cameron Norrie (13°), quien busca tener su revancha mañana. El británico no le pude hacer fuerza al español la semana pasada en el ATP de Buenos Aires (3-6/5-7). Cabe destacar que, dado el caso de que el murciano se corone mañana, la batalla por el primer puesto terminaría (sin más remedio) a favor del serbio. Esto es así por la regla que establece que en caso de paridad, se le dará prioridad a los puntos ganados en torneos de Grand Slam, ATP Finals y los Masters 1000 obligatorios. Sin embargo, Alcaraz significa por el momento una clara amenaza y podría poner en peligro la posición del actual número uno del mundo en los próximos meses.
El joven tenista de 19 años llegó para instaurar un nuevo paradigma tenístico y promete dejar su nombre grabado en las páginas doradas de la historia del tenis. No podemos negar, que en un futuro no muy lejano, el reinado del tenis quedará en buenas manos…
Créditos de la portada: @rioopenoficial (vía Instagram).