El talón de Aquiles de Carlos Alcaraz

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El número dos del mundo, Carlos Alcaraz se despidió del ATP 250 de Buenos Aires -y de la defensa del título- tras caer ante un inspirado Nicolás Jarry en sets corridos (7-6(2)/6-3). Hay un patrón en las derrotas del español, y en esta nota trataremos de analizarlo.

Nicolás Jarry, con el orgullo en alto tras una de las mejores victorias de su carrera. (Créditos: Prensa IEB+ Argentina Open).

Alogo dejó entever luego de su derrota en las semifinales del US Open el año pasado ante Daniil Medvedev: «Ahora soy un mejor jugador para encontrar soluciones cuando el partido no va en la dirección correcta para mí. Pero después de este partido, voy a cambiar de parecer. No soy lo suficientemente maduro para manejar este tipo de partidos así que tengo que aprender de eso», sostuvo Carlos en conferencia de prensa. «Fue una desconexión mental que me ha durado el resto del ‘tie break’ y prácticamente todo el segundo set. Esas cosas no pueden suceder si quiero pelear por grandes cosas», prosiguió.

Arrojando la raqueta en un ataque de frustración por no encontrar respuestas al impecable tenis del chileno. (Créditos: Prensa IEB+ Argentina Open).

Golpes los tiene todos. Su derecha es de las mejores que hemos visto en los últimos año; el revés es prolijo y efectivo; el saque podría ser mejor, pero no se puede decir que es deficiente; su volea es buena; su movimiento en pista es sensacional; y su mentalidad es prodigiosa para un chico de tan solo 20 años. Entonces, ¿cuál es su punto débil?

«Ahora mismo veo que los que están allí arriba, en ciertos momentos, son los que marcan la diferencia y ahí es donde tengo que mejorar yo. Es una asignatura que tengo pendiente desde hace bastante tiempo, en intentar aprovechar ciertos momentos, en las bolas de break y en las bolas en contra son momentos que tengo que llevar de mejor manera. Intento pensar en mí camino y en lo que tengo que mejorar», declaró Alcaraz en conferencia de prensa en el IEB+ Argentina Open.

Unamos las dos declaraciones. Hay algo que sale a relucir, ¿no? Desconexión.

La desconexión lleva a la mala toma de decisiones, a una ejecución irregular en los golpes, a no poder leer las jugadas y los momentos. En síntesis, la desconexión puede ser una de las peores debilidades de un tenista. Y Carlos lo sabe, por eso es su asignatura pendiente (desde el año pasado). Se podrá tratar con psicólogos, con ejercicios en los entrenamientos, y con experiencia en partidos. Es algo que parecería estar costándole superar, pero que una vez lo haga, el cielo será su límite.

En su paso por el IEB+ Argentina Open, Alcaraz sufrió de dos desconexiones notables. La primera, ante Camilo Ugo Carabelli en los octavos de final, en un partido que venía absolutamente dominado, pero que tuvo un segundo set que pudo haberse ido del lado del argentino. La otra ocasión fue ayer, ante Nicolás Jarry. En el primer parcial, el español ganó la mayoría de sus juegos de saque sin ceder puntos, pero llegado el tiebreak, se desconectó. Lo perdió por 7-2, y luego se le fue el segundo set, el partido y la defensa del título.

Arrebato de confianza tras salvar un punto de quiebre en un delicado momento del partido. (Créditos: Prensa IEB+ Argentina Open).

Ahora bien, esto no significa que no estemos hablando de un prodigio del tenis. Tanto es así que con tan solo 20 años, Carlos ya está notando que muchas debilidades no tiene, y de hecho la encontró a tiempo. El margen de mejora en su tenis aún existe, y no sabemos qué tan grande puede ser.

Así las cosas, estamos hablando de un jugador que tiene no muchas cosas para pulir, pero que si logra mejorarlas, llevaría al tenis a otro nivel.

Créditos de la portada: Prensa IEB+ rgentina Open.