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El tenis, una escuela de libertad

Escrito en colaboración con Estefanía Leal, psicóloga & buceadora.

El tenis, lejos de ser un mero juego superficial, conlleva en su esencia una raigambre profunda con las distintas escuelas de la filosofía antigua. Les brindaremos algunos ejemplos de aplicación de preceptos de los más grandes filósofos, virtudes que todo tenista puede desarrollar.

El estoicismo –en grosso modo- es una escuela filosófica cuyas bases se asientan en distinguir entre lo que depende de uno y lo que no, y enseña que nuestra voluntad debe adherirse a las cosas sobre las que puede ser eficaz.
Llevándolo al campo del tenis, es de suma importancia distinguir entre lo que depende de uno (el juego, la concentración, la táctica) y descartar los elementos sobre los que uno no tiene control (el tiempo, la calidad de la cancha, el ‘arbitraje’).

En la alegoría de la caverna, Platón nos enseña a abrir los ojos a la realidad. En el tenis se aprende a ver, a no apartar la vista de la pelota. Este deporte educa la vista, enseña a ver rápido y con precisión, nos genera una sensibilidad espacial. La percepción inmediata de lo real necesita acomodarse tal como Platón sugiere que acomodemos lo real para distinguirlo de las ilusiones.

Aristóteles nos enseña a tener cautela en la vida, a relacionar nuestras acciones con nuestras posibilidades y nuestros medios. Este es un precepto esencial para un tenista que debe jugar dentro de sus posibilidades para no «jugar demasiado» a riesgo de perderlo todo.

Aristóteles (384 a.C – 322 a.C), el padre de la filosofía Occidental.

Es de suma utilidad realizar una profunda inmersión para conocer nuestros dones, talentos, y áreas de oportunidad; emergiendo para utilizarlos de la forma más adecuada a la hora de practicar tan complejo y maravilloso deporte. Por ejemplo, el caso de Roger Federer no es sólo talento innato, sino que es el resultado –además de pasión y trabajo- de una introspección consciente.

En las ideas de Epicuro, la cuestión del deseo está en el centro de su enseñanza.
¿Por qué jugamos al tenis? Algunos lo hacemos para experimentar placer, independientemente de la derrota o la victoria. En ocasiones, parecería que los jugadores pierden de vista el placer en favor de la riqueza, la fama, y las ventajas que acarrea el ser un tenista profesional.
Para Epicuro, estos son deseos antinaturales e innecesarios. Han olvidado por qué juegan; entonces a menudo experimentan cansancio y falta de motivación. Esto bien puede verse hoy en día, con figuras como Kyrgios o Bublik, cuyo afán por impresionar al público y “vivir la vida” los lleva a una notoria desmotivación que incluso (como se supo este año) puede detonar una depresión.

Descartes tiene una interesante posición respecto de la generosidad. Para él, es la capacidad de determinarse a sí mismo por una meta y esforzarse por alcanzarla con toda el alma, sin reservas.

El compromiso total es el sello distintivo de los grandes campeones. Es una defensa eficaz contra la duda, siempre amenazante. Duda que, tal como vimos en la analogía de Epicuro, puede llegar a acabar con la carrera de muchos tenistas.
Ser generoso con lo que la vida le dio a uno, las oportunidades, los vínculos, más allá del éxito obtenido en cual sea la actividad, es una virtud fundamental. En el tenis, hace la diferencia. Véanse los casos de los grandes campeones como Novak Djokovic, Rafael Nadal o Roger Federer, y las nuevas estrellas emergentes como Carlos Alcaraz o Jannik Sinner. La pasión y determinación motivadas en parte por la generosidad los hizo/hará llegar a lo más alto tanto en el deporte como en sus vidas personales.

Como recomienda Friedrich Nietzsche, hay que pensar sin reflexionar: pensar sin mirarse pensar. Se necesita un pensamiento en acción, que se funde con el cuerpo. Cuerpo y mente deben estar en perfecta armonía. Como estableció W. Timothy Gallway en su libro “El juego interior del tenis”, el “Yo N°1” (la sabiduría natural de nuestro cuerpo, el jugar relajado), debe prevalecer sobre el “Yo N°2” (nuestra pura racionalidad, el jugar pensando demasiado).

Concentración en estado puro (Créditos: AFP).

¿Cómo influyen los pensamientos de los jugadores en la pista? Cuando un jugador comienza a mirarse a sí mismo pensar, cuando introduce la duda, la distancia, cuando se pregunta qué está haciendo, cuando se enfoca en sus errores, en los puntos pasados, corre el riesgo de perder sus recursos y caer por la borda.

En cambio, la sinergia mente-cuerpo, la buena voluntad y pasión nos llevarán a ejecutar los golpes con mayor ímpetu, confianza y al final del día, si lo hemos dado todo, podemos irnos a descansar con la tranquilidad de que hemos dado el 100 porciento.

Estos fueron algunos de los ejemplos de escuelas o ideas filosóficas que, trasladados a la esfera del tenis, nos pueden servir para no solo mejorar en cuanto a la competitividad, sino a disfrutar del proceso tanto de aprendizaje como de mejora.




El inimaginable inicio de temporada de Rafa Nadal

El 20 de agosto del año pasado, Rafa Nadal (3°) anunciaba su baja por el resto de la temporada debido a la molestia que le ocasionaba la lesión crónica que sufre en su pie izquierdo (Müller-Weiss). Jamás creería lo que terminó logrando en este 2022.

“Hola a todos, llevo algo de tiempo sin comunicarme con vosotros a través de las redes.
Deciros que estuve en Barcelona con mi equipo y el equipo médico, para recibir un tratamiento en el pie que me tendrá unos días de reposo y unas semanas fuera de pista.
Ya de vuelta a casa y en proceso de recuperación.
¡Gracias a todos por el apoyo!”
,
manifestaba vía Instagram el 11 de septiembre de 2021.

La complicada situación del manacorí tan solo 6 meses antes de hacer historia. (Créditos: @RafaelNadal).

Esta aparición en las redes, muletas mediante, fue una noticia para nada agradable, sobre todo en miras a los primeros meses del año 2022. Lo que ocurrió al comienzo de esta temporada fue algo absolutamente inimaginable.

 El 17 de diciembre regresó oficialmente a las pistas en Abu Dhabi (torneo de exhibición), donde cayó frente a Andy Murray (85°) por un holgado 6-3/7-5. Al día siguiente, sería derrotado –no sin antes dar pelea- por Denis Shapovalov (14°) con parciales de 6-7(4)/6-3/10-6. Cabe destacar que tras disputar el torneo en los Emiratos Árabes, el español contrajo COVID-19: «Como consecuencia de la situación tengo que tener total flexibilidad con mi calendario e iré analizando mis opciones dependiendo de mi evolución. ¡Os mantendré informados de cualquier decisión sobre mis futuros torneos!», publicó en su cuenta de Twitter. Las expectativas de cara a Australia eran cada vez más bajas…

Con necesidad de mayor tiempo en pista -y mayor confianza- previo al primer Grand Slam de la temporada, el manacorí participó del ATP 250 de Melbourne. Allí, el nivel y el ánimo del español en la pista fueron in crescendo: menos errores, mayor confianza y notable motivación. Terminó quedándose con el título -sin ceder sets- tras superar a Ricardas Berankis (87°), Emil Ruusuvuori (71°) y a Maxime Cressy (72°) en la final.

El mejor comienzo de año de la carrera de Nadal acababa de comenzar… (Créditos: ATP Tour Website).

Si bien las esperanzas aumentaron, imaginar a Rafa Nadal alzando el trofeo del Abierto de Australia a sus 35 años, tras 6 meses fuera de competición, y con un nivel a priori inferior al de sus participaciones previas en este Major, era objetivamente difícil de creer.

Tras 5 horas y 24 minutos de batalla, la raqueta Babolat Pure Aero Rafa caía de su dueño, quien se encontraba entre la incredulidad y la felicidad más plena, agarrándose la cara mientras dirigía la mirada a su equipo. La sonrisa de felicidad en su rostro hizo sonreír a todos los televidentes alrededor del mundo. Se hacía historia. Rafael Nadal había logrado algo que nunca nadie había logrado en el circuito masculino de tenis: conseguir el Grand Slam número 21. El récord más importante. Con los condimentos de haberlo logrado venciendo al mejor jugador del momento, Daniil Medvedev (2°), 10 años menor que él. Para visualizar la magnitud de esta victoria, a las 2 horas y 45 minutos, Nadal sacó 2-6/6-7(5)/2-3(0-40). Su rival estaba tocado con la varita, jugando de manera perfecta. La remontada fue épica, la más épica que se haya dado en una final de Grand Slam.

¡Creelo, Rafa! (Créditos: @australianopen ).

«Hace mes y medio no sabía si iba a volver a jugar al tenis y ahora es increíble volver a estar aquí, delante de todo este público. No tengo palabras para agradecer de verdad todo este apoyo», declaró en la entrega de premios.

Rememoramos su dura derrota en 2014 frente a Stanislas Wawrinka (232°), donde la lesión en su espalda no lo dejó competir. La final de 2012, quizás la mejor final en la historia del tenis, donde cayó frente a Novak Djokovic (1°). La de 2017, donde junto con Roger Federer (26°) regresaron para darnos una final épica, que fue para el lado del suizo. La de 2019, donde se vio completamente sobrepasado por el nivel de Djokovic. Todas estas imágenes desfilaban en su mente en el último set. Se hizo justicia con este triunfo. Luego de tantas finales, lesiones y complicaciones en Melbourne, Nadal merecía un segundo título aquí. Y qué mejor manera de alcanzarlo que batiendo el récord de Grand Slams.

Su camino a la gloria estuvo plagado de difíciles oponentes. Para alzar su nonagésimo título, el mallorquín tuvo que superar a Marcos Giron (52°), Yannick Hanfmann (109°), Karen Khachanov (25°), Adrian Mannarino (61°), Denis Shapovalov (14°), Matteo Berrettini (6°) y Daniil Medvedev (2°).

El Abierto de Australia 2022 representó de manera gráfica la carrera de Nadal: tuvo altos (los partidos contra Khachanov y Berrettini, amén de los tres últimos sets contra Medvedev) y bajos (el desgaste y deshidratación en los cuartos contra Shapovalov, y los dos primeros sets contra Medvedev), y al final -y como nos tiene malacostumbrados-, su espíritu de lucha prevaleció.

El rugido de la Fiera ensordece al público del Rod Laver Arena (Créditos: EFE).

Movido por la pasión y hambre de más, el español se dirigió -con 10 partidos invicto- hacia México para participar del ATP 500 de Acapulco.

Se coronó sin ceder sets, consiguiendo el récord de títulos en el Abierto Mexicano (4), extendiendo su racha de invicto a 15. Nuevamente dejó atrás a rivales de peso: Denis Kudla (84°), Stefan Kozlov (120°), Tommy Paul (37°), Daniil Medvedev (2°) y Cameron Norrie (12°).

Los siguientes torneos en el calendario eran los Masters de Indian Wells y Miami. Rafa, en una acertada decisión, optó por participar sólo del primero. Con 15 victorias al hilo, el español era el favorito a quedarse con el trofeo.

Sin embargo, no todo fue color de rosas… En su debut tuvo que levantar un 2-5 frente a Sebastian Korda (38°). Lo ganó “a lo Rafa”. Luego dejó atrás a Daniel Evans (27°) y a Reilly Opelka (18°) sin perder sets. Su enfrentamiento contra Nick Kyrgios (102°) en los cuartos de final fue un espectáculo -como siempre que se cruzan-, al igual que el choque de generaciones contra Carlitos Alcaraz (16°).

La sapiencia de la experiencia prevaleció al poder de la juventud. Nadal derrotó Alcaraz por 6-4/4-6/6-3 en un épico partido de 3h 11m para conseguir su vigésima victoria consecutiva. (Créditos: AFP).

El partido de semifinales contra el joven de 18 años agotó y lesionó al de 35. Con fuertes ráfagas de viento de por medio, los movimientos del cuerpo se vuelven más bruscos a los fines de corregir la irregular trayectoria de la pelota. Dichos movimientos, sumado a la carga de 20 partidos sin parar, fueron demasiado. Algunos afirman que el fisioterapeuta que atendió a Nadal durante el partido contra Alcaraz actuó negligentemente y le agravó o quizás causó una lesión en la costilla. Jugó la final con un dolor con el que pocos o nadie se atreverían. ¿Qué se le puede reprochar? Tenía la chance de alzar su cuarto título en el desierto californiano. Además, tras su baja en Miami, tendría el tiempo suficiente para reponerse, descansar y prepararse para la gira de arcilla. Terminó cayendo ante Taylor Fritz (13°) por 3-6/6-7(5). A pesar de la derrota, lo dejó todo, dando otra muestra de su capacidad mental y el alto umbral del dolor que sólo él puede manejar.

Hace unos días, tras atenderse con su médico Ángel Ruiz Cotorro, anunció que debido a fisura de estrés del tercer arco costal izquierdo, estará fuera del circuito de 4 a 6 semanas, lo que lo privaría de jugar el Masters de Montecarlo (lo ha ganado en 11 ocasiones) y el Abierto de Barcelona (lo ganó 12 veces) y su participación en el Masters de Madrid está en riesgo.

“Hola todos, quería anunciaros que he vuelto a España y fui enseguida a visitar a mi equipo médico para hacerme las pruebas tras la final de Indian Wells que jugué con molestias.

Al final resulta que tengo una fisura por estrés en una de las costillas y estaré entre 4 y 6 semanas de baja. No son buenas noticias y no me esperaba esto. Estoy hundido y triste porque tras el inicio de temporada que he tenido tan buena.

Llegaba a una parte muy importante del año con muy buenas sensaciones y buenos resultados. Pero bueno, siempre he tenido ese espíritu de lucha y superación y lo que sí haré es tener paciencia y trabajar duro tras mi recuperación. Una vez más agradecer a todos el apoyo”, expuso el mallorquín en su cuenta de Twitter.

El lado positivo de esta mala noticia es que el manacorí tendrá varias semanas de descanso, y sumado a que ya cuenta con varios partidos ganados en su haber este año, la posibilidad de ver suelta a la fiera en Roland Garros es alta.

Para cerrar, les dejamos algunos récords que Nadal obtuvo en estos primeros meses de la temporada:

  • Mayor cantidad de Grand Slams: 21 (13 Roland Garros, 4 US Open, 2 Wimbledon y 2 Australian Open).
  • Primer tenista en ganar múltiples Grand Slams en tres décadas diferentes.
  • Mayor porcentaje de efectividad de victorias (en la historia): 83,30%.
  • Tercer mayor racha de victorias al inicio de temporada: 20-0 (tercero detrás de los 41 y 26 de Novak Djokovic).
  • Doble Grand Slam Carrera (grupo selecto integrado por Novak Djokovic, Rod Laver, Roy Emerson y él).
  • Mayor cantidad de títulos en el Abierto Mexicano de Tenis: 4 (récord compartido con David Ferrer y Thomas Muster).
  • El primer tenista en la historia en alcanzar más de 20 finales de Masters 1000 en dos superficies diferentes.
  • Mayor cantidad de victorias en Masters 1000: 403.
  • El primer hombre en la Era Abierta en ganar 30 títulos sin ceder sets.

Como premio por haber leído hasta el final, le regalamos un emotivo documental (fan made) del Milagro de Melbourne: el Grand Slam 21.

Créditos de la portada: @australianopen




El Abierto de Acapulco, un Masters 1000 escondido

El Abierto Mexicano de Tenis Telcel comenzó a formar parte del circuito ATP (y WTA) en 1993. Hasta el año 2000 se llevó a cabo en la Ciudad de México y a partir del 2001 se realiza en Acapulco. Asimismo, la superficie pasó de ser arcilla a cemento en el año 2014, a los fines de captar mayores figuras y competir con el Abierto de Dubái. Pertenece a la categoría de ATP 500, pero por sus fantásticos cuadros e instalaciones, sumado al vibrante show, el evento siempre ha destacado.

Thomas Muster (4 veces campeón), David Ferrer (4 veces campeón), Rafael Nadal (3 veces campeón) y Carlos Moyá (2 veces campeón) son algunas de las leyendas que dejaron su imborrable huella en las tierras mexicanas.

Rafael Nadal con su segundo trofeo tras vencer al campeón defensor, David Ferrer, por 6-0/6-2 en la final del 2013. (Créditos: Prensa Abierto Mexicano de Tenis Telcel).

El AMT es una cita imperdible. El espectáculo es 100% asegurado, y eso no se puede decir de todos los torneos de su categoría. Además, fue elegido por los jugadores como el mejor ATP 500 en tres ocasiones: 2007, 2017 Y 2019. Por todas estas razones es que se considera a Acapulco como el décimo Masters 1000.

Validando esta idea, en esta edición 2022, el cuadro no podría ser mejor: Daniil Medvedev (2°), Alexander Zverev (3°), campeón defensor, Stefanos Tsitsipas (4°), Rafael Nadal (5°) y Matteo Berrettini (7°) son las notables figuras que participarán en este espectacular torneo.

Alexander Zverev, el campeón defensor. Derrotó a Stefanos Tsitsipas por 6-4/7-6(3) en una final de alto voltaje (Créditos: Prensa Abierto Mexicano de Tenis Telcel).

Créditos de la portada: Prensa Abierto Mexicano de Tenis Telcel.




Argentina Open 2022, el más exitoso de los últimos años

La gran cita tenística en la Argentina se lleva a cabo todos los años en el mítico Buenos Aires Lawn Tennis Club. Miles de fanáticos acuden al Argentina Open en busca del mejor tenis. Siempre lo encuentran.

Con un cuadro repleto de figuras: Casper Ruud (8°), Diego Schwartzman (14°), Dominic Thiem (baja) y la tan esperada pero sorpresiva incorporación de Juan Martín Del Potro, el Argentina Open 2022 fue el evento deportivo más esperado del año.

Ayer, Casper Ruud (8°) obtuvo su segundo título en Buenos Aires -séptimo en su carrera- tras superar al campeón defensor, Diego Schwartzman (14°), por 5-7/6-2/6-3. El noruego desplegó un tenis formidable a lo largo de toda la semana, demostrando su jerarquía de Top 10, siendo el justo ganador del certamen.

Más allá de la final, la semana fue más que emotiva. El martes 08/02, Juan Martín Del Potro anunció su retiro del tenis tras la derrota ante su compatriota Federico Delbonis por 6-1/6-3. El Court Central Guillermo Vilas, con un ambiente colmado de incansables aplausos y vítores del público, fue el merecido regalo a uno de los grandes tenistas de la historia argentina.

La vuelta de Juan Martín Del Potro fue uno de los motivos centrales del gran éxito del torneo (Créditos: Prensa Argentina Open / Oscar Roberto Castro).

Por las estrellas que participaron del evento, sumado a la expectativa de la vuelta de Del Potro, junto con la chance de que Diego Schwartzman defienda el título de 2021, la edición 2022 del Argentina Open fue la que más entradas vendió desde el 2008.

Respecto del tema, el director del torneo, Martín Jaite manifestó a LA NACIÓN: “Estamos saliendo de una pandemia y la gente tiene ganas de salir. Hay un cuadro de jugadores muy interesante, tanto de argentinos como extranjeros. La confirmación del regreso de Del Potro una semana antes también potenció todas nuestras ventas, aunque previo al anuncio ya teníamos una venta anticipada muy importante”.

Se registró un total de 59.436 espectadores. Dicha cifra sólo fue superada -técnicamente hablando- en 2004 (59.520), cuando el torneo contó con la participación de figuras como Gustavo Kurten, Carlos Moyà, Nicolás Massú y varios de los integrantes de la Legión. El campéon de ese año fue Guillermo Coria. En las temporadas 2006 a 2008, hubo aforo de más de 60.000 espectadores toda vez que el Court Central Guillermo Vilas contó con tribunas tubulares.

El Court Central con las tribunas tubulares (Créditos: Sergio Llamera).

Créditos de la portada: Prensa Argentina Open / Oscar Roberto Castro.




¿Qué le falta a Andy Murray para vencer a jugadores Top? Él nos responde

Passing Shot tuvo la dicha de dialogar con Sir Andy Murray, una de las más grandes leyendas de las últimas décadas. Nos comparte sus más profundas reflexiones sobre su juego y nos revela el factor a desarrollar para volver a su mejor nivel.

El británico está atravesando un proceso de vuelta a su mejor versión, o al menos hacia algo cercano a ello. En este arduo camino, el ex número 1 del mundo ha soportado dos cirugías muy invasivas, lo que en enero del 2019 lo llevó a una reconstrucción de su cadera, que ahora es de metal. A principios de ese año anunció su fecha de caducidad como tenista profesional: Wimbleon 2019.

Pasó mucha agua bajo el puente y nos encontramos en la temporada 2021, con un Murray absolutamente competitivo, dispuesto a hacerle frente a cualquiera. Sin embargo, pese a sus grandes actuaciones frente a los jugadores que ocupan los primeros 20 peldaños del ranking ATP, el integrante del Big Four no ha sido capaz aún de conseguir una victoria.

El puño en alto tras su victoria ante Carlos Alcaraz en la segunda ronda de Indian Wells. (Créditos: Clive Brunskill – Getty Images)

Físicamente se encuentra en óptimas condiciones, siendo capaz de resistir partidos de larga duración. Su alto nivel tenístico sigue presente y su amor por el juego, intacto. Entonces, ¿qué es lo que le falta a Andy Murray para volver a conseguir -ante los mejores jugadores- títulos importantes?

En el ATP de San Diego, hemos tenido el privilegio de preguntarle al británico por el aspecto de su juego que considera más importante mejorar.

«Hola, Andy. Un placer hablar contigo. No sé si estabas siendo sarcástico con tu último post de Instagram diciendo que la semana en Metz (alcanzó los cuartos de final) fue decepcionante, porque jugaste muy bien allí, y también hoy has jugado un partido muy sólido. ¿Qué aspecto de tu juego crees que es el más importante para mejorar?»

— «Creo que sólo ser un poco más clínico. Es decir, para mí yo jugué un buen tenis a lo largo de Metz. Jugué un poco mejor, tu sabes, en general durante toda la semana. Fue un tenis consistentemente mejor, pero últimamente como que, sí, como que el mismo tipo de resultados habían estado sucediendo, como contra Hurkacz. Como, ya sabes, tuve como cuatro puntos de quiebre, tres o cuatro puntos de quiebre en el primer set y no puse una devolución en la pista y jugué un tiebreak pobre. Este también fue el caso de que en Cincinnati cuando jugué contra él y sabes, es como decía antes, que estoy jugando contra jugadores top y yo no siento que estoy viéndome como si no pudiera ganarles o que estuviera jugando a un nivel diferente de ellos. Creo que el nivel está ahí pero contra los mejores jugadores, tú necesitas ser clínico y yo no lo he sido, así que sí, eso es algo que creo que cambiará con más partidos ganados y sí, aprendiendo un poco de los errores que cometí en esos partidos. Pero sí, sería ser un poco más clínico, un poco más despiadado y  tú sabes, siendo un ganador de nuevo, ya sabes, eso es, sí, eso es algo a lo que quiero volver”.

Creo que ha quedado bastante claro. Le falta ser asertivo en los momentos más tensos del partido, animarse e ir a por el punto con confianza, despiadadamente. Y como él aclaró, con más partidos ganados irá recuperando esta mentalidad, que no es para nada fácil de desarrollar, y que solo unos pocos han capitalizado. Andy ha sido uno de ellos: fue número 1 del mundo en 2016, consiguió 46 títulos de los cuales 3 son torneos de Grand Slam y es el único tenista en la historia en defender una medalla de oro olímpica.

No tenemos dudas de que más temprano que tarde lo veremos alzando un nuevo título y volviendo a ocupar los primeros puestos del ranking.

Créditos de la portada: Corinne Dubreuil.




Laver Cup en crisis

El Team Europe conquistó la Laver Cup por cuarta edición consecutiva, esta vez en Boston y por un aplastante 14-1. Un evento que pretende ser un espectacular choque de equipos -y lo fue en las primeras ediciones- puede que ya haya perdido el sentido.

La cuestión está en que el Top 10 del ranking ATP está completamente conformado por figuras europeas. El equipo ganador, capitaneado por Bjorn Borg, contó con Daniil Medvedev 2°, Stefanos Tsitsipas 3°, Alexander Zverev 4°, Andrey Rublev 5°, Matteo Berrettini 7° y Casper Ruud 10°, seis de los diez mejores jugadores del mundo. Asimismo, los jóvenes talentos que comienzan a concretar importantes victorias en el circuito también provienen de dicho continente (ej.: Carlos Alcaraz 38°, de 18 años, Jannik Sinner 14°, de 20 años y Lorenzo Musetti 61°, de 19 años).

Björn Borg, capitán del Team Europe, recibe el trofeo de las manos del mismísimo Rod Laver. Créditos: EFE.

¿Qué significa esto respecto de la Laver Cup?

El Team World, conformado por Felix Auger Aliassime 11°, Denis Shapovalov 13°, Diego Schwartzman 15°, Reilly Opelka 19°, John Isner 21° y Nick Kyrgios 96°, bajo la capitanía de John McEnroe no pudo hacerles la mínima resistencia a sus rivales, cuyo nivel tenístico se encuentra en un estadío superior. ¿Qué sucederá en las próximas ediciones? Parece que será todo lo contrario… Entonces, ¿tiene sentido continuar con el torneo? Opinamos que bajo las condiciones y el reglamento actual, ver al Team World campeón de este título será algo poco probable (o al menos en casos aislados).

En la primera edición, Praga 2017, la competencia sí que estuvo reñida. El Team Europe salía victorioso con un marcador de 15-9. En el partido final, que de haberlo ganado Nick Kyrgios, hubiesen ido a un encuentro decisivo (donde posiblemente Rafael Nadal y Roger Federer hubiesen conformado el dobles del equipo europeo). Esta edición, además de espectacular, fue sumamente competitiva y estuvo a la altura de lo esperado.

Un eufórico Team Europe en la mejor edición del torneo (Praga 2017). Créditos: AFP / Romain Lafabregue.

En Chicago 2018, con la participación del número 1 del mundo, Novak Djokovic, la Laver Cup mantuvo su atractivo, aunque el equipo capitaneado por Björn Borg haya ganado por 13-8.

La anteúltima edición, en Ginebra 2019, el Team Europe conseguía el tercer título consecutivo. Sin embargo, no fue nada fácil obtenerlo: Alexander Zverev 4° tuvo que ganar el último partido para darle la victoria a su equipo por 13-11. Los números demuestran lo ajustada y competitiva que fue dicha edición.

En cambio, lo de este año en Boston fue otra historia: 14-1. Cuarto título consecutivo para Europa y un mensaje a futuro que desmotiva y pone en duda la competitividad de este torneo.

John McEnroe, capitán del Team World, devastado tras su cuarta derrota consecutiva. Créditos: Clive Brunskill / Getty Images for Laver Cup.

La lógica indica que en los próximos años, este patrón seguirá repitiéndose. Esta edición perdió toda la expectativa. La supremacía europea fue absoluta. En comparación con los otros eventos de equipo como son la ATP Cup y la Copa Davis, la Laver Cup 2021 no estuvo ni cerca de alcanzar el nivel ni la competitividad esperados. Además, es importante aclarar que el equipo europeo no contó con sus más grandes figuras: Novak Djokovic 1°, Rafael Nadal 6° ni Roger Federer 9°.

La Laver Cup está en crisis, y parece que sus primeras ediciones agotaron su espectacularidad… esperamos equivocarnos.

Créditos de la portada: Clive Brunskill / Getty Images for Laver Cup.




La presión: Simone Biles y Novak Djokovic

Estos Jugos Olímpicos de Tokio han puesto un tema muy delicado sobre la mesa: la salud mental.

En base a ello, tuvimos dos visiones opuestas, la de la gimnasta artística Simone Biles, y la del tenista Novak Djokovic.

Tras su baja, la joven estadounidense de 24 años expresó que “Desde que entro al tapiz, estoy yo sola con mi cabeza, tratando con demonios en mi cabeza. Debo hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental y no comprometer mi bienestar”.

Créditos: Gregory Bull (AP).

Esta decisión fue fuertemente apoyada por los medios, los cuales prácticamente la trataron de heroína y ejemplo para los jóvenes, incluso llegando a afirmar que tanto Simone Biles como Naomi Osaka están “cambiando al deporte”. Estas decisiones y la entronización de los mismos les hacen un flaco favor a la competición y al deporte.

Asimismo, tampoco parecería ser el mejor ejemplo para las nuevas generaciones el hecho de que los problemas de salud mental estén por encima – hablando en términos de éxito – de la excelencia deportiva.

Para nada estamos menospreciándola ni minimizando sus problemas, por el contrario, hasta nos parece una decisión acertada – como también lo fue la de Rafael Nadal de tomarse un descanso tras ser derrotado en Roland Garros -, pero como no lo hicimos con el español, tampoco festejaremos ni felicitaremos a la estadounidense por bajarse de la competencia. Son decisiones y punto.

Resulta disvalioso premiar una baja por sobre alguien que se esfuerza y que incluso con problemas – sean del índole que sean -, dudas, presión y miedos, sigue adelante y lo deja todo, demostrando resiliencia y valentía, representando al deporte en su máxima expresión e inspirando a millones de personas a dar lo mejor de sí y a esforzarse cada día.

Cabe aclarar que, finalmente, la oriunda de Ohio decidió participar de la última jornada de la gimnasia y se quedó con una medalla de bronce en la prueba de viga. ¿Posibles titulares? “Simone Biles supera sus límites y se lleva la medalla de bronce” o “Biles no se deja vencer por la presión: gana una medalla para Estados Unidos”. Es positivo que haya tenido la valentía y el valor de hacerle frente a la competición más allá de sus problemas, y eso es lo que se tiene que premiar, no el desistir.

“Sólo quería salir por mí y eso es lo que hice. Estoy orgullosa de mi misma solo por salir a competir después de lo que pasé”. Billie Jean King estaría orgullosa.

En las antípodas, tenemos al serbio, quien considera a la presión como un privilegio:

«He aprendido a lo largo de los años cómo manejarla y abrazarla (en el sentido de tomarla y aprovecharla). Hay una maravillosa frase de Billie Jean King: “La presión es un privilegio», me atengo a ese tipo de cita y ese tipo de mentalidad”, manifestaba Djokovicen la entrevista que le hizo Eurosport tras su victoria ante Kyle Edmund en el US Open 2020.

Gozando su quinto título en Wimbledon teniendo el público y dos match points en contra. Créditos: Daniel Leal-Olivas/AFP

En estos Juegos Olímpicos de Tokio, volvió a abordar la cuestión:

Novak, habrás oído hablar de Simone Biles ayer hablando sobre la salud mental y la presión de actuar. Estás en esta posición buscando el Golden Slam, ya sabes, no hay más presión sobre un tenista que tú en la actualidad. ¿Puedes hablar un poco sobre eso?, le preguntó Sudipto Ganguly, periodista de REUTERS.

«Si aspiras a estar en la cima de tu deporte, lo mejor es aprender a manejar la presión y a afrontarla», manifestó, y luego prosiguió con su experiencia personal: «En la pista, pero también fuera de ella, aprendí a desarrollar un mecanismo para lidiar con las expectativas ajenas, los murmullos y los rumores de forma que no me distraigan, ni me agobien». Sin presión no habría deporte profesional. Si ansías ser el mejor en tu deporte debes aprender a hacer frente a la presión. Y cómo hacer frente a esos momentos en la pista, pero también fuera de ella».

Djokovic ha sido duramente criticado por su lamentable actuación en la derrota  por 4-6, 7-6 (6) y 3-6 tras dos horas y 47 minutos de juego ante el español Pablo Carreño Busta, en el cual se le negó la medalla de bronce. En ese encuentro, el serbio pareció no soportar la presión y los nervios: arrojó una raqueta hacia las gradas (vacías) y luego destrozó otra contra la red.

La ira se apodera de Novak Djokovic. Créditos: AFP.

Sobre este tipo de comportamientos, el número 1 del mundo expresó que “Supongo que es parte de quien soy. No me gusta hacer estas cosas. Siento mandar este tipo de mensajes pero todos somos seres humanos y a veces es difícil controlar tus emociones”.

Posteriormente se bajó de su partido de dobles mixto por la medalla de bronce alegando fatiga y lesión en el hombro.

No caben dudas de que Novak es uno de los mejores jugadores – sino el mejor – bajo extrema presión. Lo demostró contínuamente a lo largo de su carrera.

Al final, las historias se dieron vuelta. Si bien el tenista está teniendo una temporada excepcional y arrastra una enorme cantidad de títulos y partidos ganados, es una lástima cómo terminó desacatando sus palabras, y cómo finalizó su camino en Tokio. Por el otro lado, la gimnasta pareció seguir los consejos de Djokovic, dando un mensaje muy valioso y volviendo a poner en orden la escala de valores deportivos.

“No pensaba que ganaría una medalla. Competí por mí misma y haberlo logrado es lo único que cuenta”. Créditos: REUTERS/Mike Blake.

A modo de conclusión, la presión es aquel privilegio que les permite a las personas superar sus límites, sirviendo como ejemplo para el resto del mundo.

Créditos de la portada: REUTERS & PATRICK SEMANSKY / AP.

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